Behique de Renier Perfumes (Colección Taino)

S/95.00

Extrait de Parfum

Capacidad: Decant 5 ml

10 disponibles

SKU: 753d2c9425ac2 Categoría:

Descripción

Behique es el más onirico de nuestros perfumes. Es el brujo de esta colección! Una fragancia completamente inspirada en el shaman de las tribus indias tainas. Un aroma para un hombre que domina los secretos de la naturaleza, es el perfume de la experiencia y la sabiduría! Desde su salida percibimos una obra de arte que no está realizada para complacer a la mayoría, aquí no sentimos notas dulces extremadamente agradables que hagan del conjunto algo comercial, pues desde los primeros minutos la embriagadora nota de Cannabis y sage muy bien mezcladas con ron y un toque de magnolia nos crean el sentimiento de estar ante un perfume serio, único, ante un brujo que nos abrirá los positivos caminos de nuestra vida y que deja una huella inolvidable. Justo cuando el perfume comienza a secar y da paso a sus notas de cuerpo nos percatamos de lo bien utilizado que se siente el anís en esa zona,. Creando un puente entre las notas mencionadas y el robusto y excelente cuerpo basado cedro, parchouli y tabaco. No es un tabaco dulce, es el olor del tabaco de un shaman cuando comienza a vislumbrar el futuro. La nota de ron de manera más sutil sigue estando presente, pero ahora redondeada con una sutil tierra húmeda.

Behique es un perfume serio, con carácter de triunfador. Para una persona que ya ha triunfado en la vida y no necesita ir haciendo pretenciosas apariencias de estos tiempos modernos. La base del perfume es exquisita, y se llega a percibir por días los detalles de absoluto de sándalo y vetiver se Haití tocados por el verdadero ámbar.

Este es un perfume el cual tu no elijes, el perfume te elije a ti!

Notas de salida: Ron, albahaca, magnolia, cannabis, flor de tabaco.
Notas de corazón: Anís, ámbar, pachuli, cedro, madera de cachemira, pimienta
Notas de fondo: Sándalo, vetiver de Haití, tabaco.

Marca

RENIER

RENIER

"Artista desde niño. Renier es la tercera generación de una familia de artistas plásticos de la mayor isla del caribe. Desde pequeño jugaba con una bola de barro que su padre ponía en sus manos para poder trabajar. Así recreaba las formas que su primer maestro le dejaba como ejercicio, en ocasiones jugaba y en otras terminaba lleno de barro.

En los años de su juventud siempre fue un laborioso apasionado de muchas de las manifestaciones plásticas que le rodeaba, la pintura, el diseño, la cerámica... Muy pronto comenzó a interesarle la procedencia de ciertos olores de los materiales con los que trabajaba. Los disolventes de los pigmentos al óleo, el aroma que desprendía el cuero cuando era pirograbado, el olor de la barbotina y muchos otras experiencias olfativas.

Pero fue precisamente la escultura artística en maderas lo que más le cautivó y motivó sus intenciones relacionadas con las fragancias; La amargura del Guayacán, el dulzor del cedro o el precioso aroma de la Sabina le dieron la inspiración definitiva para sentirse atrapado por la magia de los perfumes y los deseos de experimentar.

Así nacieron los primeros experimentos con materias directas de la naturaleza, mezclados con alcoholes o agua.

Le gustaba clasificar los olores típicos que le rodeaban en su cuba natal, sobre todo los que encontraba en sus viajes a la casa de campo de sus abuelos, el olor del Galán de Noche, La pomarrosa, La fruta de la guayaba, las flores, entre muchos otros. Cerraba sus ojos y para perpetuarlos en su memoria los relacionaba con colores.

Se hacía muy complejo en la isla adquirir perfumes. Los recuerdos más inmortales que el artista guarda en su memoria de por aquellos días son perfumes como el Moscú Rojo, un clásico, y una de las mejores Fragancias que se podían encontrar en la Cuba de finales de los 90.

Después de encaminar satisfactoriamente su carrera plástica y una vez establecido en Europa fue cuando Renier pudo conocer de cerca grandes clásicos de la perfumería moderna.

De repente tenía dos pasiones, dos amores, dos mundos muy diferentes pero con muchas cosas en común, de algún modo tenía que conseguir unificarlos. Su primera idea fue realizar un perfume por exposición pero era poco, no se sentía lleno profesionalmente!

En esos años de búsqueda interior, fue cuando conoció al maestro Perfumista Daniel Josier! Quién comenzó a instruirle en los bellos caminos de la perfumería! De esta forma maduró su idea y decidió crear su marca de perfumes y crear cada perfume inspirado en uno de sus cuadros. Incluso ir construyendo ambos simultáneamente. Las primeras fragancias de Renier son el resultado de sus pinceladas y la cooperación con el propio Daniel Josier.

Es una bendición tener una doble motivación creativa. Renier no solo disfruta de sus pinturas, sino también de sus diseños para sus perfumes. Toda la imagen de sus productos, desde su botella hasta su caja, incluso su estilo de ofrecerse pasa por las manos de Renier.

Cada pincelada tiene su olor propio."