De Lirius de Renier Perfumes (Colección Taino)

S/890.00

Extrait de Parfum 50 ml

Agotado

SKU: e4024ae5fb41 Categoría:

Descripción

De Lirius representa la paz y el equilibrio. Es una fragancia limpia y tranquilizadora, especialmente inspirada en la flor de la mariposa Blanca cubana ( Ginger Lily ) así como su hábitat.
Su salida verde y cremosa con destellos tropicales donde se percibe la fruta de la guanábana, y la verde frescura de las hojas del árbol de la guayaba típico de los campos cubanos, nos recrean los primeros minutos de este viaje.

En la medida que el perfume comienza a secar, muy suavemente como la lluvia de primavera, es cuando las notas blancas florales acompañadas del olor de la tierra húmeda tropical toman el protagonismo. Como si estuviésemos en la Cuba autentica de 1895, donde todo estaba inalterado por el ser humano moderno. Una fragancia que nos trae el sentimiento de estar plantando un nuevo árbol de flores blancas.

Un homenaje a la belleza de las indias taínas. ¡El perfume termina su largo recorrido con tonos de Vetiver de Haití humedecidos por el verdor del follaje y descansando sobre las maderas tropicales de cedro y Guayacán! Es una obra de arte inspirada en una flor blanca pero con un desarrollo y un trabajo realizado por mas de un año y algunos meses que realmente refleja mucha originalidad! De Lirius es una jovencita taína que recolecta las flores de la mariposa a las orillas del río Toa, en Cuba.

Notas de salida: Acorde de hojas verdes, guanábana, madreselva, magnolia, pomelo
Notas de corazón: Mariposa blanca, tierra húmeda, hojas de guayaba, cardamomo, raíz de mariposa blanca, pimienta Blanca.
Notas de fondo: Vetiver de Haití, cedro, guayacán, ámbar, caoba, almizcle blanco

Marca

RENIER

RENIER

"Artista desde niño. Renier es la tercera generación de una familia de artistas plásticos de la mayor isla del caribe. Desde pequeño jugaba con una bola de barro que su padre ponía en sus manos para poder trabajar. Así recreaba las formas que su primer maestro le dejaba como ejercicio, en ocasiones jugaba y en otras terminaba lleno de barro.

En los años de su juventud siempre fue un laborioso apasionado de muchas de las manifestaciones plásticas que le rodeaba, la pintura, el diseño, la cerámica... Muy pronto comenzó a interesarle la procedencia de ciertos olores de los materiales con los que trabajaba. Los disolventes de los pigmentos al óleo, el aroma que desprendía el cuero cuando era pirograbado, el olor de la barbotina y muchos otras experiencias olfativas.

Pero fue precisamente la escultura artística en maderas lo que más le cautivó y motivó sus intenciones relacionadas con las fragancias; La amargura del Guayacán, el dulzor del cedro o el precioso aroma de la Sabina le dieron la inspiración definitiva para sentirse atrapado por la magia de los perfumes y los deseos de experimentar.

Así nacieron los primeros experimentos con materias directas de la naturaleza, mezclados con alcoholes o agua.

Le gustaba clasificar los olores típicos que le rodeaban en su cuba natal, sobre todo los que encontraba en sus viajes a la casa de campo de sus abuelos, el olor del Galán de Noche, La pomarrosa, La fruta de la guayaba, las flores, entre muchos otros. Cerraba sus ojos y para perpetuarlos en su memoria los relacionaba con colores.

Se hacía muy complejo en la isla adquirir perfumes. Los recuerdos más inmortales que el artista guarda en su memoria de por aquellos días son perfumes como el Moscú Rojo, un clásico, y una de las mejores Fragancias que se podían encontrar en la Cuba de finales de los 90.

Después de encaminar satisfactoriamente su carrera plástica y una vez establecido en Europa fue cuando Renier pudo conocer de cerca grandes clásicos de la perfumería moderna.

De repente tenía dos pasiones, dos amores, dos mundos muy diferentes pero con muchas cosas en común, de algún modo tenía que conseguir unificarlos. Su primera idea fue realizar un perfume por exposición pero era poco, no se sentía lleno profesionalmente!

En esos años de búsqueda interior, fue cuando conoció al maestro Perfumista Daniel Josier! Quién comenzó a instruirle en los bellos caminos de la perfumería! De esta forma maduró su idea y decidió crear su marca de perfumes y crear cada perfume inspirado en uno de sus cuadros. Incluso ir construyendo ambos simultáneamente. Las primeras fragancias de Renier son el resultado de sus pinceladas y la cooperación con el propio Daniel Josier.

Es una bendición tener una doble motivación creativa. Renier no solo disfruta de sus pinturas, sino también de sus diseños para sus perfumes. Toda la imagen de sus productos, desde su botella hasta su caja, incluso su estilo de ofrecerse pasa por las manos de Renier.

Cada pincelada tiene su olor propio."